viernes, 27 de septiembre de 2013

CONSEJOS e IDEAS


09/10/2013
                     ¿Qué hacer si te pierdes?

Mantén la calma : Mantente relajado, tranquilo, con calma se puede pensar mejor, debes mostrarte tranquilo.

No te muevas del lugar : Preferentemente no te muevas del lugar donde estés, eso facilitará las labores de rescate. Si obligatoriamente debes moverte, deja una señal indicando hacia dónde fuiste.

Busca un lugar alto: Al buscar un lugar alto, puedes tener una mejor visión del lugar en que te encuentras, y ver algún posible camino, ciudad o cabaña. Esta solución la debes aplicar cuando te has despistado y te has salido del camino o ruta que llevabas.

Haz señales: A través de fuego, luces o ropa blanca (siempre y cuando no haya nieve), puede llamar la atención de guardas y socorristas.

Construye un refugio: o busca un lugar donde guarecerte, sobre todo si ha caido la noche o si el clima es crudo, te ayudará a esperar mas seguro el rescate.

Oriéntate y busca los puntos cardinales : A través de tu brújula, o métodos naturales para encontrar el mejor camino para volver a la civilización.

Sigue la orilla de los ríos, en sus orillas o cerca de ellos, siempre suele haber pueblos o ciudades.

Durante la noche, los pueblos y ciudades iluminan el firmamento, pudiendo ser vistos desde grandes distancias.

Los pájaros si vuelan como bandada, en formación, en línea recta, y te encuentras en una estación climática intermedia, ten en cuenta que a principios de invierno vuelan hacia el sur, y a fines del mismo hacia el norte.

Si frotas una aguja de hierro o acero contra franela, seda, o una tela viscosa, y luego la pones sobre una hoja, y las haces flotar en agua, la punta de la aguja indicará el Norte.

Si te pierdes e intentas ser rescatado, haz un fuego grande y pon hojas y ramas verdes, esto hará humo.

Si gritas para que te localicen hazlo fuerte y con periodicidad constante, (cada 5, 10, o 15 minutos), si recibes respuesta sigue con la periodicidad y no te muevas del sitio.

Si decides, estando perdido, encaminarte hacia algún lugar, deja una señal de pista o nota indicando hacia donde te diriges. luego continúa dejando pistas en el camino.

No camines en la noche, por lugares desconocidos, salvo en desiertos, donde durante el día descansarás y en la noche o cuando cae el sol, marcharas.

Sigue las líneas eléctricas, o las vias de tren, si las hubiera, ya que todas terminan en un pueblo o ciudad, o al menos, en lugares habitados.

Siempre busca refugio temprano, en la noche cerrada es dificil hallar uno.

Si te pierdes, y no sabes si te rescatarán pronto, ten en cuenta este orden de elementos o acciones: 1º Agua, 2º Refugio, 3º Señales y 4º Comida.

Si estas en un lugar, de frío intenso, con nieve: 1º Fuego, 2º Refugio, 3º Señales y 4º Comida.


03/10/2013                  
                   41 consejos montañeros útiles

Sabiduría reunida por la experiencia y después de escuchar la voz de los expertos (y de no hacer ni caso).

Negaciones

1. No preguntes nunca "¿Cuánto falta para llegar?" o, peor aún, "¿Falta mucho?".
2. No mees en contra del viento.
3. No creas que el culo se limpia bien con una piedra, u hojas, o un poco de musgo. Eso sólo funcionaba en el Manual de los pequeños castores.
4. No tires basura en el monte, ojo con las cáscaras de las frutas. Son más biodesagradables que biodegradables. Acotación: las cabras comen cáscaras de plátanos y otras peladuras.
5. No rompas las setas que crees que son venenosas (quizá crees que lo son todas menos los champiñones). Porque no haces ningún bien a la naturaleza, y porque EGR quizá las recoge como comestibles.
6. No patees los montoncitos de piedras, hay gente que los ha colocado, por algo será..., quizá, mira por dónde, para guiar por la senda correcta al montañero.
7. Las personas o animales móviles no son buenas referencias para memorizar el camino de vuelta. Si ese hombre que segaba el prado o esa vaca que pastaba se mueve, pueden cambiar tus referencias. Funcionan mejor los hitos fijos: un árbol, una cabaña, un montón de piedras...
8. No se recomiendan boñigas o bostas como elementos arrojadizos.
9. Manantial es cuando el agua brota de la tierra o la roca, no bebas agua de ríos y arroyos, ni siquiera de los arroyos cristalinos (y tal y tal) de la alta montaña, puede que unos metros más arriba haya un animal muerto en ese cauce cristalino.
10. Los carteles de los caminos no se giran ni se tumban, las pareces de los refugios no son para hacer pintadas, y sus chimeneas no se dejan cegadas con cisco y basura a medio quemar.
11. No hace falta llevar ropa de la última temporada a la montaña. Cada año colocan un color, tu ropa (excepto los modelos ochenteros con imitaciones de leopardo sintético y otras variantes) se pondrá de moda dentro de un par de años, paciencia.
12. No dejes las mochilas en el suelo cerca de las camas de los refugios (lo peor: en el suelo debajo de la litera). Déjalas en las taquillas o colgando en las literas, así evitarás entorpecer el paso de otros compañeros y, sobre todo, el traslado de chinches (que los hay en demasiados refugios) a casa o a otros refugios.
13. No maltrates los buzones de las cimas. Forman parte de la memoria de muchos montañeros.
14. No te arrimes a la parte trasera de los caballos.
15. No creas que existen récords de ascensión. La misma montaña nunca es dos veces igual, ningún récord es, por tanto homologable. Dicho de otra manera, es de tontainas correr para presumir del tiempo invertido en subir a una montaña. Cada ascensión es, en sí misma, un récord.
16. La montaña no empieza a partir de los 3.000 metros de altitud.

Condicionales
1. Si encuentras a alguien que necesita ayuda, deja tu montaña y ayúdale.
2. Si vas acompañado, expresa con claridad tus problemas al compañero. Ejemplo: me duele un tobillo, estoy deshidratado, me han picado cuatro tábanos en el hombro. No imagines que el compañero te lee el pensamiento.
3. Si no conoces el camino, no llevas mapa ni brújula y tampoco sabes orientarte: no salgas solo a la montaña, no te salgas del camino, no te retrases o te adelantes del grupo o de quien conoce el camino.
4. Si eres de los que habitualmente pasan sed, piensa que es probable que también la pases en la montaña: lleva cantimplora con agua. Ojo, no sirve con llevar cantimplora vacía o confiar en que alguien la lleve llena.
5. Si quieres ver animales más allá de lombrices, saltamontes o buitres planeando en la lejanía, no grites para hablar en la montaña.
6. Si vistes de negro al sol, te cocerás.
7. Si quieres crecer en la montaña, puede ser útil aprender los nombres de las montañas, de la flora, de la fauna...
8. Si crees que estás agotado y que no puedes dar un paso más, probablemente puedes caminar unas tres horas más.
9. Si quieres que tu fotografía en la cima de la montaña parezca de una montaña más alta, ponte el anorak, las gafas de sol y un gorro; y trata de que no se vea hierba en la imagen. No te hagas esa fotografía con niños o ancianos vestidos de calle.
10. Si alguien te pregunta alguna vez cuánto falta para llegar o si falta mucho responde: "Menos de la mitad".

Afirmaciones
1. Viste ropa interior cómoda.
2. Memoriza los caminos.
3. Cuidado con las alambradas. No se sabe para qué las ponen con púas, tampoco por qué no retiran las viejas cuando ponen las nuevas, quedan oxidadas como lazos punzantes. No conozco a un solo montañero que no se haya herido alguna vez.
4. Lo mejor para no pasar frío es no quedarse quieto, abrigarse y comer.
5. Lleva guantes aunque no haga frío cuando bajes por la nieve dura o el hielo, así no te abrirás la piel de las manos en caso de resbalón.
6. Los murciélagos no beben sangre. Los mosquitos sí succionan sangre y son más abundantes al anochecer. Las polillas (por gordas y ruidosas que sean) no atacan.
7. Un buen mapa puede que no marque algo que existe (un camino, un refugio, una fuente...); un mal mapa es aquel que marca algo que no existe (un camino, un refugio, una fuente...).
8. Lleva siempre una navaja. Algunos juzgan a las personas por el tipo de zapatos, o por el coche... Si algún montañero te juzgara sólo por lo que llevas (que jamás lo hará) miraría: botas, mochila y navaja.
9. Las ortigas pican aunque aguantes la respiración.
10. Ponte los crampones cuando hay nieve dura o hielo.
11. La mejor comida para la montaña es la que más te gusta (y la que más gusta a tus compañeros), otro asunto es cómo la llevas o lo que pesa. (Desoye los cambiantes cantos de sirena de barritas, geles, bebidas isotónicas...).
12. Lleva cámara fotográfica; disfrutarás después.
13. Hay al menos tres motivos para federarse: los descuentos en los refugios de pago; ayudar a la presencia social, al "lobby" de los montañeros; "disfrutar" de un seguro de accidentes.
14. Pon al mal tiempo buena cara.
15. Hay gente que corre por la montaña, también hay gente que camina por la autopista. De todo hay en la montaña del Señor.

sacado del blog: ERESFEA



   COMO VESTIRSE EN LA MONTAÑA

En la montaña, es constante la exposición a las distintas condiciones atmosféricas, desde la lluvia a cántaros, al granizo, la nieve o la brisa fresca, hasta el sol ardiente. Para afrontar condiciones climáticas tan variadas, la indumentaria funcional moderna debe poder satisfacer las más variadas necesidades.

Indumentaria por capas

Es verdad que el confort también depende del grado térmico, pero no existe una prenda de vestir perfecta que garantice la temperatura adecuada en cualquier situación porque el clima exterior varía continuamente y porque cada uno de nosotros produce más o menos calor según el grado de actividad. Precisamente por eso, la indumentaria conocida como "estilo cebolla" (es decir utilizando varias capas de ropa) sigue siendo la más eficaz. El principio es sencillo: es mejor muchas capas finas en lugar de pocas capas pero gruesas. En general, el modelo a seguir y, evidentemente, adaptar según las condiciones del momento, contempla las siguientes capas:

1ª capa:

Prenda en microfibra que está en contacto directo con la piel (por ejemplo poliamida, poliéster o fibra natural como la lana) larga, corta o poniéndose ambas la una sobre la otra.

2 ª capa:

- Prenda ligera en fleece, como un jersey con cremallera, una chaqueta en Polarlite® micro o thermic o una camisa en Polarlite® fine o Polartec® Classic 100.

- Prenda caliente en fleece como una chaqueta, un jersey en Polarlite® classic o Polartec® Classic 300

3ª capa:

Indumentaria funcional resistente y anti-viento como las prendas Softshell, Polartec® Powershield® o Polartec® Wind Pro, las cuales cuando no llueve sustituyen a la cuarta capa.

4ª capa:

Funcional y resistente al agua y al viento como las prendas en GORE-TEX® o POWERTEX®. Naturalmente, según las condiciones exteriores, cada una de las capas se puede llevar sola. En caso de frío seco, las chaquetas con relleno ofrecen un excelente aislamiento térmico, pero si la actividad es muy intensa podrían ser demasiado calientes; por eso, son más adecuadas en las paradas o en acampada, como por ejemplo de noche junto con el saco de dormir. Según el tipo de empleo, el principio "estilo cebolla" incluye distintas capas de ropa, cada una de ellas con una función bien concreta. El objetivo es mantener una temperatura agradable para que el cuerpo pueda alcanzar las mejores prestaciones con el máximo confort.


1. Ropa funcional (1 ª capa)

La primera capa, la que está en contacto directo con la piel, está formada por ropa funcional realizada en distintos tejidos de fibra sintética o mixtos, todos ellos capaces de eliminar la humedad (sudor) de la piel, sin absorberla como en el caso del algodón. Distribuyendo la humedad sobre una superficie mayor, la ropa funcional en fibra sintética favorece una rápida eliminación del sudor. Esta propiedad, además de impedir el enfriamiento del cuerpo por el efecto del frío de la evaporación, permite ahorrar energía y mejorar las prestaciones. Además de ser antibacteriana, casi toda la ropa funcional presenta costuras planas para reducir los molestos roces sobre la piel.

2. Capa aislante (2 ª capa)

También para ésta capa se utilizan tejidos realizados en fibra sintética. Una capa intermedia con buenas propiedades aislantes es el fleece, el cual, elaborado en varias formas y versiones, se puede utilizar en numerosas circunstancias.

Lo que aúna a los distintos tipos de fleece son las mismas ventajas que ofrece la ropa interior funcional: secado rápido, peso reducido, aislamiento térmico incluso en caso de fuerte humedad, suavidad, tratamiento fácil y robustez. En lo referente a capas aislantes, una buena alternativa son los indumentos rellenos de plumas o fibra sintética, los cuales, a pesar de retener eficazmente el calor, a menudo ocupan mucho espacio y a veces son demasiado calientes para determinados tipos de uso.

3. Protección frente al viento y la intemperie (3 ª y 4 ª capa)

Esta es la capa más exterior y por tanto la más expuesta a la intemperie. También en este caso, existen distintos tipos de productos que, según el empleo previsto, se realizan en materiales antiviento o impermeables:

A. Para la indumentaria antiviento se utiliza a menudo el Windstopper® de la empresa Gore o productos análogos como el Power Shield® de Malden Mills. Se trata de materiales 100% antiviento, capaces de proteger el cuerpo del enfriamiento debido al viento ("efecto windchill"), aunque las ventajas no terminan aquí: el efecto hidrorrepelente es excelente (¡hidrorrepelente pero no impermeable al 100%!) como en el caso de los indumentos Softshell; buena transpirabilidad, máximo confort y versatilidad.

B. En cambio, en lo referente a nuestra indumentaria impermeable es fundamental impermeabilizar todas las costuras, las cuales se encintan y se sellan internamente. En general, los materiales impermeables se distinguen entre "transpirable" y no "transpirable"; pero hay que tener cuidado porque el término "transpirable" en realidad no es del todo correcto. El término más adecuado es "permeable al vapor de agua". Se trata de una propiedad determinada por la estructura de las membranas o de los revestimientos microporosos, o sea, dotados de poros de una dimensión que permita que salga el vapor de agua sin permitir la entrada de gotas de agua.


Para garantizar el proceso de eliminación del vapor de agua, es necesario que se den determinadas condiciones: la temperatura interior debe ser superior a la exterior para poder garantizar una mayor presión. Por eso, a veces puede suceder que incluso una excelente membrana GORE-TEX® "no funcione" (el clima caliente y húmedo de los trópicos es un buen ejemplo).

Incluso en condiciones excelentes, el grado de "transpirabilidad" siempre es limitado. Actualmente, los valores máximos alcanzados en una hora varían entre 200 y 300 gramos de vapor por m², aunque muchas actividades como el excursionismo, el ciclismo o el esquí conlleven una mayor sudoración que puede alcanzar incluso los dos litros de sudor por hora. Para mantener una temperatura agradable incluso en este tipo de situaciones es necesario llevar ropa interior adecuada y capas intermedias funcionales.

Actualmente, los expertos están intentando definir un valor unitario para medir el grado de eliminación del vapor de agua de un material. El valor RET (Resistance to Evaporating Heat Transfer) mide en una prenda de vestir acabada (es decir, no sólo en la membrana) la resistencia de un material a la eliminación del vapor de agua, un proceso que se puede favorecer con distintas soluciones como las cremalleras bajo las mangas o los bolsillos de ventilación.

Tomado de: salewa.com



CONSEJOS Y RECOMENDACIONES


Lleva siempre equipo suficiente y comida ligera. El anorak o plumífero son casi imprescindibles.



4.
Nunca tengas prisa en la montaña. Procura no llegar a la extenuación. Cuida tu preparación física. Efectúa los descansos en lugares abrigados.



5.
Son mejores los que más se aseguran. En las zonas fáciles también hay peligro. No descuides nunca tu seguridad. Atención al rápel.



6.
Son mejores los que saben desistir. Piensa que los cambios bruscos de tiempo son frecuentes en la montaña. Lo fácil se vuelve difícil y peligroso. Si no subes hoy, ya subirás mañana; si te caes, puedes no subir nunca.



7.
Guarda siempre fuerzas para el regreso. Cuando estés en la cima, piensa que la excursión acaba en el valle.



8.
Cuida la montaña. Es de lo poco grandioso que todavía nos queda. No arrojes basura ni arranques plantas ni molestes a los animales. En época de reproducción no visites zonas de cría, madrigueras o nidos. Respeta las propiedades de la gente del campo. Cierra las cercas que tengas que abrir. Nunca dejes huella de tu presencia.



9.
Cuidado con el fuego, sobre todo en verano. Hazlo en lugares habilitados para ello, contrólalo constantemente y asegúrate de apagarlo bien cuando te marches. Piensa que, sin querer, puedes provocar un incendio.



10.
Disfruta de la paz de la montaña y de sus sonidos. Evita siempre que puedas los vehículos a motor y los aparatos de radio a alto volumen. Pon al mal tiempo buena cara. Sé solidario y humilde. Sé montañero de verdad.

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